¿La obsolescencia programada qué es?
La obsolescencia programada u obsolescencia planificada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño del mismo, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible por diversos procedimientos, por ejemplo por falta de repuestos, y haya que comprar otro nuevo que lo sustituya.
Su función es generar más ingresos debido a compras más frecuentes para generar relaciones de adicción (en términos comerciales, «fidelización») que redundan en beneficios económicos continuos por periodos de tiempo más largos para empresas o fabricantes.
El objetivo de la obsolescencia no es crear productos de calidad, sino exclusivamente el lucro económico, no teniéndose en cuenta las necesidades de los consumidores, ni las repercusiones medioambientales en la producción y mucho menos las consecuencias que se generan desde el punto de vista de la acumulación de residuos y la contaminación que conllevan.
La obsolescencia programada provoca 48 millones de toneladas de CO2 al año. Público
Esta práctica ha generado un creciente malestar entre los consumidores, por lo que en tiempos recientes, activistas, medios de comunicación, organizaciones e incluso los mismos consumidores y varias empresas están llevando acciones para revertir esta práctica.

¿Lo sabías?

El derecho a reparar se impone en la UE.
El Parlamento Europeo aprobó el 25 de noviembre de 2020 una ley que precisamente permitía luchar a favor del «derecho a reparar». Esa ley entra en vigor este mes de marzo, y tiene como objetivo aumentar la vida útil de los dispositivos electrónicos y lograr así un menor impacto medioambiental.
Creemos fundamental concienciar a la población sobre la obsolescencia programada y denunciar su práctica. Ayúdanos a compartir para que llegue a más gente.
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